He conseguido meter toda mi ropa en la misma mochila de siempre.
Y además he metido un queso, tres paquetes de pasta, dos paquetes de jamón, ajos, especias, dos paquetes de picos de pan tostado y tres barras de fuet. Además de un litro de gel, un polar, el neceser de viaje, las botas y las zapatillas.
Como la mochila reviente de camino al avión, van a estar recogiendo restos de calzoncillos durante tres días.
¿Que por que toda esa comida?. Lo fácil sería decir que ahora soy pobre y tal. Pero no, lo que pasa es que vamos de self catering (un hágaselo usted mismo en cuestión de cocina, es decir, apartamentos con cocina donde no se sirven desayunos) y la organización será a base de desayunos fuertes, comidas a base de sandwiches y cenas un poco más contundentes (uno de mis amigos, Teo, creo que se lleva material para hacer unas gachas). Además, tenemos que cenar sin parar a comprar por el camino y eso porque tenemos que llegar a una hora más o menos decente.
¡Saludos compañeros!. Ya no me quedan más que horas para llegar a la tierra del whiskey.
(Si puedo, os mantendré informados durante mi viaje. ¡Ciao!)
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