jueves, 12 de abril de 2007

Big Brother is watching you! (2)

He estado echando un vistazo al blog de PostNoBill y mirando fotos he llegado a un sitio donde se puede ver Times Square en vivo.

Mirando las webcams me ha venido a la mente una historia que ya me surgió al ver la foto de satélite de mi casa.

Podría ser así:

Un tipo está medio tirado en una silla, en su habitación, frente al ordenador, en la oscuridad rota por el resplandor del monitor y por una famélica lámpara de estudio. Su aspecto es desaliñado: a través de la apertura del albornoz de colores, se ve una sucia camiseta de hombreras y unos calzoncillos arrugados. Su pelo está alborotado y sucio, se diría que grasiento. Lleva barba de varios días. De tanto en tanto aparta el teclado de su regazo para arrascarse con gesto cansino o para alcanzar su recalentada cerveza y beber con ruidosos sorbos.

Ha pasado la mayor parte de la lluviosa tarde viendo diferentes páginas de Internet. No busca nada en particular. Va de aquí para allá, sin entretenerse mucho en cada sitio. Sólo si descubre alguna foto de una mujer desnuda demuestra algo más de interés. Se incorpora un poco sobre la silla y se retoca la entrepierna.

Ahora su atención se ha desviado hacia las webcams. Se ha pasado la última hora mirando esos pequeños cuadradillos, ventanas a mundos agitados de los que él parece refugiarse en su sombría habitación.

Mientras se carga el último sitio, se ha levantado pesadamente de la silla para buscar otra cerveza. Arrastrando los piés va hacia la cocina, pero a mitad de camino regresa para ir a orinar de forma ruidosa. Coge un bote del frigorífico casi vacío, lamentándose porque es el último que le quedaba, y regresa al ordenador.

Antes de sentarse tira de la anilla del bote y el chorro de espuma salpica la pantalla.

- ¡Mierda! - exclama y con un pico del albornoz limpia los churretones del monitor.

Mientras restriega se fija en las miniaturas de vídeos que expone el sitio que dejo abriéndose. Le llama la atención el ir y venir de infinitos taxis amarillos. Finalmente deja colgar la tela, termina de abrir el bote y se sienta mirando con atención la pantalla, donde se ve el vídeo de los taxis y, debajo, una serie de miniaturas. Empieza a abrir una tras otra y mira la frenética actividad de la gente caminando por la acera, o los coches en la calle. En uno de los vídeos se ve un grupo de personas esperando el semáforo para cruzar de calle. En la parte exterior del grupo hay una chica llamativa, urgando en su bolso.

- ¡Vamos!, date la vuelta que se te vea el careto - pero la chica de la pantalla no parece hacerle caso y sigue buscando algo en su bolso - ¡será hija de puta!

Alarga la mano para alcanzar el ratón y pasar la siguiente cámara, pero cuando va hacerlo se da cuenta de que al lado de la chica hay una persona que le ha llamado la atención.

- ¡Coño!, pero si son mis botas - dice - ¿de dónde es esta mierda?

Se acerca más a la pantalla tratando de ver el detalle de la imagen.

- ¡Joder, colega!, son las mismas - casi está gritando de la admiración.

La imagen, a diferencia de las otras, tiene una nitidez bastante buena, lo que le permite ver el dibujo del calzado. Cuando ha terminado de examinar las botas, se vuelve a reclinar en la silla sin salir de su asombro, pero no llega a terminar el gesto porque ha visto que no sólo son las botas lo que tienen en común. La ropa que lleva es parecida a una chaqueta y a unos pantalones que usa para salir los sábados e impresionar a las chicas de la disco. Incluso diría que es la misma, pero el negro de la chaqueta no permite distinguir con claridad sus detalles.

La coincidencia en la vestimenta le ha hecho olvidarse de la chica y sigue mirando al hombre por encima del bote de cerveza mientras sorbe otro trago.

- Se diría mi gemelo. Hasta lleva mi mismo corte de pelo, - piensa.

En la pantalla, el grupo ha empezado a cruzar, pero tanto la chica como su sosias se han quedado en esta parte de la calle. Parece como si la chica le hubiera pedido algo al tipo de las botas, que ahora se busca algo en los bolsillos de la chaqueta. Por fin lo encuentra y enciende un mechero que aproxima al cigarrillo que la chica sostiene en su boca. Cuando terminan, los dos intentan echar a andar, pero el semáforo se ha vuelto a poner en rojo. La chica hace un gesto como de disculpa hacia el chico y este se lo devuelve.

El trozo de acera que está a la espalda de la pareja está sorprendentemente vacío. Hasta ahora han ido pasando por delante de la cámara ordas de viandantes , pero en estos momentos sólo se ve a las dos personas.

El hombre en la habitación vuelve a hacer ademán de coger el ratón para cambiar de imagen, pero algo sorprendente aparece por la esquina inferior derecha de la imagen.

- ¡No me jodas! Pero, ¿que hace este vestido de Krusty el Payaso?

Otra vez se incorpora para ver al tipo vestido de payaso como va progresando hasta el medio de la imagen. Entonces sucede algo inesperado. Krusty se vuelve hacia la cámara con el gesto grotesco de una sonrisa pintada sobre una cara que se ve seria. De su bolsillo izquierdo saca un trozo de papel que despliega con parsimonia frente a la cámara. Mientras lo hace, la pareja se ha vuelto hacia él y lo están mirando. No se ven sus rostros porque el efecto de perspectiva hace que el cuerpo del payaso casi oculte a las dos personas.

Krusty ha terminado de desplegar el papel y lo extiende frente a la cámara, casi ocultando la totalidad de la escena.

- ¡Pero...!, - exclama asombrado el hombre en su silla.

En el papel que está delante de la pantalla se pueden leer tres palabras con toda claridad, un nombre y apellidos. Es el nombre completo de la persona que está delante del ordenador.

- ¿Que cojones es esto?, - vuelve a decir sin salir de su asombro.

Mientras el payaso ha retirado el papel y se desplaza hacia la derecha de la imagen. Entonces se pueden ver los rostros de los que estaban esperando el semáforo. Las caras están iluminadas por los neónes de la tienda de la esquina y los rasgos aparecen con claridad ante la cámara.

- ¡La leche!, ¡joder!, ¡si soy yo!, - está gritando mientras da un respingo en la silla. Está tan nervioso que ha dejado caer el bote y su contenido se derrama por su entrepierna. El tipo de las botas iguales a las suyas tiene su misma cara.

Sin dejar de mirar la pantalla, se limpia como puede. Mientras, el payaso ha hecho una bola con el papel y lo ha tirado. Ahora pone su mano en el bolsillo derecho de su chaqueta y extrae un revólver que dirige sin dilación hacia el rostro del hombre de las botas. Cuando está a tiro, en la imagen se ve el resplandor de dos detonaciones muy seguidas. Krusty vuelve a poner el revolver en el bolsillo, se gira hacia la cámara haciendo un gesto y desaparece de la imagen.

El hombre en la habitación está practicamente subido en la silla. Sus manos atenazan los reposabrazos, jadea mientras ahoga su miedo. Sus ojos, casi fuera de sus órbitas, están fijos en la pantalla donde ve cómo la chica del bolso grita y pide auxilio y ve a la gente arremolinarse alrededor del inerte cuerpo de su otro yo.

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- ¡Ya está bien, coño! Si quieren cachondearse de alguien que vayan a visitar la tumba de su padre
- ¡Joder!, ¿que pasa ahora, Toni?
- ¡Que ya está bien!, que encima de tener que tragarme el coñazo de atender la centralita tengo que soportar que la gente esté aburrida por la lluvia y no tenga más diversión que molestar a la policía. ¡Cómo si no tuvieramos trabajo que hacer!
- Pero, ¿que pasa?
- ¿Que que pasa? Que ya he recibido veintitrés llamadas contando la misma historia absurda.
- ¿Que historia?
- Estos pirados están llamando diciendo que han visto por internet como un ser extravagante les pegaba dos tiros y luego se daba a la fuga.
- ¿Pegaba dos tiros a quien?
- ¡Coño!, ahí está lo absurdo: ¡a ellos mismos! Todos están contando la misma historia. Están mirando webcams en internet, ven a alguién que se parece a ellos, luego aparece la Gallina Caponata, o Superman, o Krusty el payaso, pone su nombre delante de la cámara en un trozo de papel, se da media vuelta y disparan a ese que parecen reconocer como ellos mismos.
- ¿Como quien?
- ¡Pero leche!, cachondeíto no, ¿eh? ¿No te lo estoy diciendo? ¡Como ellos mismos!, dispara a la persona que llama, pero no a ella o él, sino a la que está en el ordenador que es como ellos.
- ¡Joder Toni!, que mal que te sientan los cambios de turno...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pido disculpas por las faltas de ortografía que había en el texto.

Total ida de olla.

Anónimo dijo...

Pues a mi me gusta.
Mucha imaginación le has puesto.

Este puede ser el primer capítulo de una novela en la que el del albornoz descubré que esa cámara es del futuro e inicia una búsqueda para encontrar la solución a su futuro asesinato.

Y ahora, a quien se le ha ido la olla??.. pero piensalo, quizas no es mala idea.

Anónimo dijo...

Que bien escribes.
A mí también me gusta y como dice Juan Carlos no es mala ídea seguir con la historia, anímate.
Un besote

Jessica dijo...

Totalmente de acuerdo, esta genial macho. Yo he intentado como mil millones de veces empezar a escribir libros, pero nunca me gustaban y lo dejaba. Y ahora me pasa algo parecido con las canciones, aunque se me da algo mejor.
Sigue con ello!
Derek

Fenli dijo...

Una cosa es una historia corta como esta, y otra un libro, que ya requiere un desarrollo más serio.
Incluso esta historia necesitó su maduración para sacarle su puntito.
Obviamente, no voy a ganar el premio Nadal por ello, pero entretiene.

Anónimo dijo...

Está genial, has conseguido que esté en un "sin vivir" esperando el final y por supuesto me encantan los finales que no lo son, como este. Creo que podrías hacer muchas historias cortas y luego juntarlas en un libro, sería un primer paso. Ya sabes que me gusta como escribes.
Un besazo muy fuerte y espero la próxima.

Anónimo dijo...

A mi me encanta, pero lo veo más como un guión para un corto, tiene una fuerza gráfica increíble y muchas posibilidades.

Anónimo dijo...

A mi también me parece muy bueno como principio tanto para un libro como para un pequeño relato, coincido con el comentario de que tiene mucha fuerza gráfica para hacer un corto, la descripción del día y del personaje sugieren una estética oscura algo gótica, al final todo es cuestión de presupuesto, algunas cosas son solo soñar pero imagina esa historia llevada a la pantalla con un aspecto similar al de SimCity con un personaje un poco mas oscuro que el de Krasty.