Sigo vivo, ocupado pero vivo.
Es lo que tiene currar. Uno se queda cansado después de hacerlo. Además, en primavera, para mi, pulsar una tecla es como si diera un golpe con el pico.
¡Ah, la primavera! ¡Que estación tan bonita!, con sus mocos, sus legañas, sus estornudos, sus asmas y esas flores polinizantes que llenan el aire con un perfume picante que se mete en las narices y te hace estornudar y estornudar...
¡Aaaaaaaaaah, la estación del amor! Que bonito es ver a Cupido vomitar por las esquinas cuando me ve pasar con esas ojeras hinchadas y la mocarrina de mis narices.
Y encima el curro, yo que me duermo por las esquinas en estos momentos.
!Coño! Si es que es la una menos cuarto. ¡A dormir!
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